"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"
Opinión
Un vómito verbal
08/05/2013
CERMI respeta la libertad de expresión y la comunicación sin trabas de las opiniones por parte de cualquier persona. Sentado esto, es cierto que las opiniones no son neutras y que pueden causar objetivamente daño a personas y a grupos de personas, como son las que presentan una discapacidad, si esas apreciaciones trasladan enfoques sesgados, que refuerzan prejuicios muy asentados en la conciencia colectiva, y que son profundamente negativos para la percepción social de esas personas.
Expresiones como las hechas públicas en redes sociales por Óscar Puente, sobre que la supresión de la aceptación legal del aborto eugenésico supone obligar a “tener hijos deformes” es gravemente ofensiva, y las personas con discapacidad y sus organizaciones representativas las recibimos como una agresión gratuita que hiere, que causa estupor y rechazo, y que tomamos como un acoso moral. La vida de las personas con discapacidad es igual de valiosa y digna que el resto de vidas humanas, y presentar o tener una discapacidad, no rebaja un ápice ese valor intrínseco. La discapacidad es una muestra de diversidad humana, y su existencia no es un castigo o una condena, sino un elemento más en una comunidad diversa e inclusiva, construida por todas diferencias humanas, todas respetables y estimables. El reprobable contenido de esas expresiones despreciativas se intensifica hasta lo intolerable, si se tiene en cuenta que la persona que las emite es un responsable público, que debería tener un plus de consideración y respeto a todos los componentes de la sociedad, y en particular a una minoría como la de las personas con discapacidad que ha sufrido y sufre discriminación, exclusión y violación sistemática y estructural de sus derechos humanos fundamentales. Las palabras de Óscar Puente son moralmente violentas, agresivas y hostiles para las personas con discapacidad y contribuyen a que esta minoría social siga estando en posiciones de vulnerabilidad extrema que favorecen su papel histórico de víctimas permanentes.”
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